La historia cuenta que, hasta la Segunda Guerra Mundial, Bucarest era conocida como la París del Este. Luego sobrevino la dictadura de Nicolae Ceaușescu, que duró más de dos décadas, y aquellos recuerdos de grandeza fueron empañados por las moles comunistas de hormigón. Sin embargo, la Bucarest de antaño todavía late en sus castillos y palacios, entre ellos el Castillo de Bran, en donde nació la historia del terrorífico Conde Drácula. Actualmente viven en la capital rumana casi 2 millones de personas, en la ciudad industrial y cultural más importante del país. Entre sus atractivos destacan: el Palacio del Parlamento, el Castillo de Peles, el Ateneo Rumano, el Museo Satului y las pequeñas iglesias del siglo XVII y XVIII.
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Palacio del Parlamento
La dictadura de Nicolae Ceaușescu durante más de dos décadas dejó huellas concretas en la arquitectura de la ciudad. Una de ellas es el imponente Palacio del Parlamento, considerado el edificio civil más grande del mundo y uno de los primeros sitios que ver en Bucarest. Desde estos balcones Ceaușescu pronunciaba sus interminables discursos. El Palacio está ubicado en la Plaza de la Revolución, en cuyo centro se erige un obelisco de 25 metros que conmemora a los héroes de la revolución. Este sitio no es de gran interés turístico pero es importante entender que aquí se desencadenaron los hechos históricos más importantes de Rumania durante el siglo XX.
Castillo de Bran
Quienes se fascinen con las historias de vampiros deben saber que a dos horas de Bucarest se encuentra el Castillo de Bran, que sirvió de inspiración al escritor Bram Stoker para narrar la historia del terrorífico Conde Drácula, una de las novelas más leídas de todos los tiempos. Se trata de la mayor fortaleza de Rumania, construida entre 1377 y 1388, al borde de un precipicio y que sin duda es uno de los lugares más fascinantes que ver en Bucarest. Vale la pena conocer su mobiliario medieval y tener en cuenta que Vlad el Empalador, más conocido como Vlad Drácula, príncipe de Valaquia entre 1456 y 1462, jamás vivió en este castillo. Sin embargo, una de las salas de la fortaleza está dedicada al mito creado en torno a este personaje.
Museo Satului
Otro de los grandes atractivos que ver en Bucarest es el Museo Satului, también conocido como Museo de la Aldea, que deja en evidencia el origen rural de Rumania. Este es un museo etnográfico al aire libre en el que se exhiben 340 construcciones -granjas, pequeñas casas y molinos- que muestran el modo de vida de los rumanos a lo largo de los siglos. También se exhiben unos 50.000 objetos de uso frecuente por los campesinos de las distintas regiones del país.
Ateneo Rumano
Para los fanáticos de los conciertos de música clásica, el Ateneo Rumano es un lugar fantástico. Es la sede de la Filarmónica George Enescu, una de las más renombradas del mundo, y funciona en un precioso edificio neoclásico, con una fachada en la que intimidan sus grandes columnas. Se encuentra frente a un extenso jardín y tiene capacidad para casi 1.000 espectadores.
Arco del Triunfo
El Arco de Triunfo de Bucarest recuerda al Arco de Triunfo parisino. Al igual que en el caso del monumento francés, se encuentra rodeado de grandes avenidas, en una rotonda con mucho tránsito (se recomienda mirar bien antes de cruzar) y es otro de los monumentos imperdibles que ver en Bucarest. Tiene 27 metros de alto -el arco parisino llega a casi 50 metros- y luce dos escudos que simbolizan a la vieja y a la nueva Rumania. Fue inaugurado en 1936 y se ubica al lado del hermoso Parque Herestrau, sede del Museo Satului.
Mansión Ceaușescu
En el Palacio Primaverii, conocido como Mansión Ceaușescu, vivió el dictador rumano Nicolae Ceaușescu junto a su esposa Elena. Una visita a este sitio alcanza para entender la vida de reyes que llevaba la pareja, mientras el pueblo se encontraba sometido a las penurias del sistema comunista y a un estricto control policíaco. La mansión cuenta con un jardín tropical, sala de cine y una gigantesca piscina con mosaicos decorados. El Palacio Primaverii abrió sus puertas en 2016. Para visitarlo se debe hacer una reserva.
Castillo de Peles
Otro de los lugares mágicos que ver en Bucarest es el Castillo de Peles, fue edificado entre 1875 y 1915 y realmente parece sacado de un cuento de Disney. Lo habitaron miembros de la monarquía hasta que en 1948 cayó en manos del régimen comunista. Reabrió sus puertas en 1990, para exhibir sus 160 habitaciones -tiene más de 30 baños- y mostrar detalles fascinantes para la época: una central hidroeléctrica propia, un ascensor y hasta un techo de cristal móvil. Se trata de la segunda atracción más visitada de Rumania, después del Castillo de Bran. Este castillo está a dos horas de Bucarest.
Iglesia de Stavropoleos
Otra de las cosas que ver en en Bucarest son las iglesias, existen pequeñas iglesias escondidas que datan del siglo XVII y XVIII. Una de las más encantadoras es la Iglesia de Stavropoleos, construida en 1724, considerada un monumento clave de Bucarest. Su exterior es cautivante y luce murales de distintos colores, al igual que sus paredes y techos. El patio interior es de una belleza pocas veces vista. Este pequeño monasterio fue edificado en el estilo Brâncovenesc, que se encuadra en el estilo renacentista.
Resumen de cosas que ver en Bucarest
- Palacio del Parlamento
- Castillo de Bran
- Museo Satului
- Ateneo Rumano
- Arco del Triunfo
- Mansión Ceaușescu
- Castillo de Peles
- Iglesia Stavropoleos
- Palacio de Cotroceni