El verano pasado, el portal de turismo Lonely Planet realizó una encuesta entre casi 50.000 viajeros para preguntarles cuál era el pueblo más bonito del interior de España. La respuesta fue tan unánime como inesperada: Potes. Esta pequeña y hasta entonces desapercibida localidad de Cantabria, ubicada en la Comarca de Liébana, tiene poco menos de 1.500 habitantes y recibe el abrazo de los imponentes Picos de Europa. Sus calles de piedra, sus puentes y monasterios son un deleite para el turista que se anime a descubrirlos; si a eso se suman las aldeas vecinas de Mogrovejo y Bejes (hogar del oloroso queso Picón), la ecuación es perfecta. Algunos de los atractivos que ver en Potes son: el Desfiladero de Hermida, el Monasterio de Santo Toribio de Liébana y el Teleférico de Fuente Dé, desde donde nacen las mejores rutas de senderismo de la Península Ibérica.
Disfruta con los grandes atractivos que ver en Potes
Iglesia de San Vicente
Uno de los sitios más bonitos que ver en Potes es la Iglesia de San Vicente. Se edificó entre los siglos XIV y XVIII, y las sucesivas reformas dan cuenta de cómo conviven en ella los distintos estilos, desde el gótico hasta el renacentista y el barroco. Al ingresar al recinto es fascinante descubrir, en cada detalle, las diferentes variantes arquitectónicas. De hecho, son dos templos que conviven en uno: el primero data del siglo XIV y el más nuevo de fines del XVIII. Se sugiere prestar especial atención a los retablos y a un lienzo en particular, que sorprende por su belleza: la imagen crucificada del Cristo de Burgos.
Desfiladero de Hermida
El Desfiladero de Hermida es el más extenso de España, con 21 kilómetros de intimidantes paredes de roca de hasta 600 metros, entre las que discurre el río Deva. Pasear por esta carretera meandrosa es, en sí mismo, un plan perfecto. No está de más tomar un pequeño desvío hasta la Iglesia de Santa María de Lebeña, construida en el siglo X; o detenerse en el Balneario de la Hermida, con sus aguas termales a 60 grados centígrados.
Se trata de una zona de culto para los amantes del senderismo. No sólo puede uno chapotear en las pozas de agua caliente sino también hacer largas caminatas, entre puentes colgantes y una vegetación en su estado más puro, con los imponentes Picos de Europa como telón de fondo. Desde el mirador de Santa Catalina se logran vistas sensacionales.
Barrio de la Solana
Calles empedradas y antiguas casas solariegas hacen de la Solana el barrio más encantador que ver en Potes. Es un placer pasearse por esta parte del pueblo, con las omnipresentes laderas y un aura de especial tranquilidad. En esta zona, sobre la calle Cimavilla, se encuentran las terrazas con los mejores restaurantes del pueblo. Si el paseo coincide con la hora del almuerzo, se podrán probar algunos de los manjares de la región, como el cocido lebaniego (pequeños garbanzos con carne); el cachopo -dos filetes de ternera fritos, entreverados con queso y jamón serrano- o uno de los dulces más codiciados: el sequillo de Potes.
Torre del Infantado
Otro de los lugares con más historia que ver en Potes es la Torre del Infantado, una fortificación ubicada a los pies de los Picos de Europa, construida en el siglo XIV. Es una de las edificaciones más icónicas de Potes y sirvió para distintos propósitos a lo largo de la historia: fue una cárcel y actualmente funciona como sede del Ayuntamiento. Se recomienda visitar su hermoso patio interno y admirar, desde la terraza de la torre, las panorámicas del río Devas y el pueblo.
Plaza del Capitán Palacios
La Plaza del Capitán Palacios es el centro neurálgico de Potes, con su emblemático Templete, en donde se realizan conciertos y exhibiciones durante todo el año. Bajo los soportales de la plaza funcionan bares, restaurantes y distintos comercios. Un dato a tener en cuenta es que todos los lunes a la mañana se monta un simpático mercado, que vende productos de la tierra y los mejores quesos y embutidos de la zona.
Monasterio de Santo Toribio de Liébana
El Monasterio de Santo Toribio de Liébana encierra una creencia que, se dice, atrae a fieles de los sitios más recónditos del planeta: en este templo se encuentra el pedazo más grande de la cruz en la que Jesucristo encontró su muerte (el Lignum Crucis). Este recinto es una visita imprescindible para quien esté de paso por Potes (se ubica a 2 kilómetros del centro).
El entorno natural es de por sí increíble: un paraje rodeado de montañas, en un ambiente bucólico y susurrante, en donde se erige este templo junto a la Ermita de San Miguel, que data del siglo XIII. El monasterio es el punto de llegada del Camino Lebaniego, uno de los puntos de referencia del troncal Camino de Santiago. Después de visitar el interior del recinto se recomienda subir hasta el Mirador de San Miguel, que regala vistas inolvidables del Valle de Liébana.
Puentes de Potes
Tres bellísimos puentes de piedra que cruzan el río Quiviesa refuerzan la personalidad medieval de Potes. El Puente de la Cárcel y el Puente de San Cayetano fueron construidos a partir del siglo XIII; el primero funcionó como prisión durante más de tres siglos, mientras que el segundo, ubicado muy cerca de la Ermita de San Cayetano, conecta el barrio del Sol con el barrio de Fuente la Riega. Finalmente, el Puente Nuevo es el más importante de Potes y el único por donde pasan coches. Son tres construcciones imprescindibles que ver en Potes.
Teleférico de Fuente Dé
Hacer senderismo por los Picos de Europa es una experiencia única. A 20 kilómetros de Potes se encuentra la base del teleférico de Fuente Dé, cuyas cabinas depositan a los turistas a más de 1.800 metros de altura. Desde allí se puede emprender un descenso de cinco horas a pie o hacer caminatas hasta los distintos miradores; los cuatro más impactantes son: el mirador de Liébana, el de Santa Catalina, de Piedrasluengas y del Collado de Llesba, en donde llama la atención la enorme escultura de un oso.
Mogrovejo
Muchos viajeros coinciden en este punto: Mogrovejo es uno de los pueblos más bonitos de Cantabria. Esta aldea, que se recuesta sobre el Macizo de Ándara, se encuentra a 10 kilómetros de Potes. Tiene hermosas viviendas de piedra, una iglesia del siglo XVII (de Nuestra Señora de la Asunción) y una torre medieval que se remonta a fines del siglo XIII. Durante los últimos años, Mogrovejo dejó de ser un secreto y cada vez más turistas lo visitan. Es una excursión imperdible.
Bejes
Quien alguna vez probó el delicioso queso Picón (un queso azul de la comarca de Liébana) debe saber que se produce en el pueblo de Bejes. El plan en este caso es hacer un viaje de 25 minutos de carretera desde Potes y pasarse la tarde recorriendo la diminuta Bejes, con sus casas de piedra que dan la sensación de estar en una aldea montañosa de la Edad Media. Para los fanáticos del oloroso queso Picón, se pueden hacer degustaciones en las pequeñas tiendas del pueblo.
Un dato curioso es que la maduración de este queso se realiza en la Cueva de la Sotorraña, con sus bellísimas estalactitas y estalagmitas. En esta cueva, la temperatura se mantiene constante en 9 grados exactos y la humedad llega al 90 por ciento. Son las condiciones ideales (ni un grado más, ni un grado menos) para el proceso de curación del queso. También desde Bejes parten numerosas rutas de senderismo que se adentran en las fauces del Macizo de Ándara, en los Picos de Europa.
Resumen con los sitios más emblemáticos que ver en Potes
- Iglesia de San Vicente
- Desfiladero de Hermida
- Barrio de la Solana
- Torre del Infantado
- Plaza del Capitán Palacios
- Monasterio de Santo Toribio de Liébana
- Puentes de Potes
- Teleférico de Fuente Dé
- Mogrovejo
- Bejes