Cuenta la historia que desde el siglo I antes de Cristo existió una ruta que los antiguos mercaderes de Asia seguían para vender un material muy preciado: la seda. Se llamó la Ruta de la Seda y atravesaba China -partiendo de Xi’an-, Mongolia, Siria, Turquía y gran parte del continente europeo, hasta llegar a África. La ciudad de Samarcanda, en Uzbekistán, fue la capital de la Ruta de la Seda y hasta hoy conserva esa herencia y ese brillo ancestral. Este país, ubicado en el corazón de Asia, fue una república soviética hasta 1991 y una década más tarde abrió sus puertas al turismo, con hermosas mezquitas y varias ciudades milenarias, como la propia Samarcanda, Bujará y Jiva, que son Patrimonio de la Humanidad. La mejor época para viajar a Uzbekistán es entre abril y junio (primavera), y entre septiembre y octubre (otoño), para evitar los calores extremos del verano y las temperaturas heladas del invierno.
Uzbekistán se incorporó al imperio ruso durante el siglo XIX y orbitó bajo el dominio de la Unión Soviética hasta 1991, cuando logró su independencia. Desde entonces es una república democrática con capital en Taskent y una población de 33 millones de habitantes. A partir de mediados de la década pasada, este país, que limita con Afganistán, Kirguistán, Kazajistán, Tayikistán y Turkmenistán, atravesó un proceso de apertura al exterior, luego de la muerte de su presidente y hombre de acero de la era post-soviética, Islom Karimov, en 2016. El sector más beneficiado por las nuevas políticas fue el turismo. El propulsor de los cambios fue Shavkat Mirziyoyev, sucesor de Karimov, y una de las manifestaciones concretas de esa apertura fue la construcción de un tren de alta velocidad, que realiza el trayecto desde Taskent hasta Samarcanda en apenas dos horas, uniendo también otras ciudades históricas como Bujará, Karshí y Shakhrisabz. Lo curioso es el precio del billete: apenas 20 euros. La moneda local es el Som Uzbeko (UZS). Un euro equivale a 11.982 soms.
¿Cómo es el clima en Uzbekistán?
El clima de Uzbekistán se puede definir como extremo en todos los sentidos posibles. En verano, las temperaturas llegan tranquilamente a los 40 grados, mientras que en invierno las nevadas son intensas y los registros llegan a los 40 grados bajo cero en algunas regiones del país, siendo enero el mes más helado. Sin embargo, gran parte de Uzbekistán (el sur) es totalmente árido, con lluvias escasas. La primavera en la capital, Taskent, presenta temperaturas agradables (al igual que en Samarcanda), pero empieza a llover a partir de marzo -el mes más lluvioso- y las precipitaciones recién se detienen a fines de mayo. El otoño presenta un patrón similar al de la primavera: a la espera del frío del invierno, las temperaturas todavía son suaves, ideales para viajar en tren por la Ruta de la Seda o animarse a excursiones en camello por el desierto uzbeko.
¿Cuál es la mejor época para viajar a Uzbekistán? (Temporada alta)
La mejor época para viajar a Uzbekistán es durante el otoño y la primavera, cuando los cielos están despejados y las temperaturas son suaves, en su punto justo para viajar por el interior del país. Son las dos estaciones que escapan a la brutal amplitud térmica entre el verano (40 grados de máxima) y el invierno (40 grados de mínima). Primavera y otoño son fantásticas para recorrer Samarcanda, con casi tres siglos de historia, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Fue gracias al conquistador Tamerlán que esta ciudad se convirtió en un tesoro de Asia Central, con la espectacular mezquita de Bibi Khanum y la plaza de Registan, uno de los conjuntos arquitectónicos más importantes del islamismo, en donde se conservan los oficios relacionados a los tejidos de seda. Pero hay quienes dicen que más interesante que Samarcanda es Bujará, la quinta ciudad más importante de Uzbekistán. Aquí hay que visitar el minarete de Kalyan, o «Torre de la muerte» (la leyenda cuenta que se arrojaba a los prisioneros desde lo alto de la torre), la Madrasa Mir-i Arab, de mediados del siglo XVI, los estanques de Lab-i Hauz, la necrópolis de Bahoutdin y el Arq de Bujará, una fortaleza del siglo V.
En la capital, Taskent, es muy recomendable el Museo de Historia del Pueblo de Uzbekistán y caminar por sus calles, que presentan una curiosa mezcla de arquitectura moderna y soviética. También es hermosa la Mezquita Blanca Menor y el Bazar Chorsu, uno de los antiguos bazares de la Ruta de la Seda, todavía en actividad. Otra ciudad que vale la pena descubrir es Jiva, en el suroeste del país, en la provincia desértica de Corasmia: es un increíble pueblo amurallado, con palacios y mercados, y en su interior contiene a la antiquísima villa amurallada de Itchan Kala. Finalmente, es impresionante la ciudad de Shakhrisabz -también declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco-, ubicada al sur de Samarcanda. Aquí creció y se hizo fuerte el emir Turim (Tamerlán, el gran conquistador turco-mongol), que forjó un imperio temible en el siglo XIV.
¿Cuál es la mejor época para viajar a Uzbekistán ahorrando dinero?
La mejor época para viajar a Uzbekistán ahorrando dinero es el verano -particularmente en julio y agosto, la temporada baja-, cuando las altísimas temperaturas obligan a los hoteles a bajar sus precios hasta un 60% para atraer turistas. Es bueno tener en cuenta que tanto en primavera como en otoño -las temporadas medias- los precios de los billetes de avión y el alojamiento son más caros. Aún así, se considera a Uzbekistán un país muy económico para el turismo (la vecina Kirguistán es aún más barata). Una guía de precios dirá que: se puede dormir en hostales por 10 euros la noche y encontrar una habitación en un buen hotel por 35 euros la noche; un almuerzo en un restaurante de categoría media no supera los 6 euros. Los viajes en tren están siempre por debajo de los 20 euros y tomar taxis en las grandes ciudades no supera los 5 euros.
¿Qué necesitas tener y saber antes de viajar a Uzbekistán?
- Visado: se debe tramitar un visado de turismo por 30 días, que puede realizarse por Internet sin coste alguno para países como España, Argentina y Chile.
- Vacunas: no se exigen para ingresar a Uzbekistán.
- Idioma: el idioma oficial es el uzbeko y también se habla ruso como segunda lengua. No es común encontrar gente que hable inglés y menos español.
- Seguridad: Uzbekistán ha sido considerado uno de los 20 países más seguro del mundo. La ciudad de Taskent es una de las más seguras de Asia.
- Transporte: los autobuses uzbekos están en pésimo estado. En las ciudades conviene tomar taxis compartidos (el mejor medio de transporte en las ciudades) o combis para 10 personas. El avión ofrece una buena relación calidad-precio y el tren bala -los Talgo, de fabricación española- es cómodo, seguro y económico. También funcionan los viejos trenes rusos de larga distancia, con coches-cama, pero son realmente lentos. El metro, inspirado en el metro de Moscú, es una verdadera obra de arte.
- Dinero: desde 2007 se puede realizar cambio de divisas en los bancos y también funcionan cajeros automáticos, toda una novedad de los últimos años. Para llevar efectivo en soms uzbekos conviene llevar un bolso, porque por cada euro se obtiene una gran cantidad de billetes (casi 12.000 soms por euro). Las tarjetas de crédito se aceptan en los restaurantes y hoteles, pero es mejor tener soms para realizar compras callejeras o tomar taxis.
- Internet: el 3G funciona muy bien en Uzbekistán y la conexión es buena en hoteles y restaurantes. Conviene adquirir una tarjeta SIM, de la empresa Beeline, para tener acceso a datos.
- Gastronomía: Uzbekistán es la capital mundial del «Plov«, un arroz frito en grasa de cabra, con carne y distintas verduras. Y también del «Laghman«, una sopa de fideos con especies. El vino uzbeko es bastante bueno, ya que Uzbekistán es el mayor productor vitivinícola de Asia.